martes, 26 de julio de 2016


Un Lunes popular en el Cine


Si, parece que todos estamos más cómodos opinando por las redes sociales…


Después de no sé cuánto tiempo, mínimo un par de años sin ir a una función en el cine un lunes popular. El lunes pasado de manera improvisada resolvimos ir a quitarnos un poco el fastidio relajándonos con una película en el cine, bueno al menos esa era la idea inicial…
Llegando al cine había un cartel que decía: “SOLO EFECTIVO”  por allí empieza la cadena de eventos poco venturosos… Seguimos a la cola de las cotufas y refresco, como es de imaginarse tampoco allí se podía pagar con tarjeta, preguntamos y con cara de que les pasa la respuesta fue: “uffffff… desde hace más de un mes que el punto de ventas no está funcionando, tiene problemas y no lo han venido a arreglar”.

Muy bien como todos los precios se inflan diariamente, para ir al cine se necesitan unos 150 gramos de billetes (una faja "regular" de billetes de 100 bolívares o varias fajas de otra denominación) y bueno paciencia para unas cotufas grandes y un refresco porque la cola ya es una constante en nuestras vidas. 

Compramos las cotufas, unos refrescos y decidimos entrar a la sala. En la sala el deterioro era obvio, sillones en el suelo, un poco de pegoste en el piso, todavía se podía pensar que todo marchaba bien. Escogimos nuestros asientos, nos sentamos y en la espera del inicio de la película nos relajamos comiendo cotufas, todo iba relativamente bien… Empieza la película y entra una manada de aproximadamente entre quince y veinte chamos (chicas y chicos en edades de aproximadamente entre 16 y 20 años) entran con un escándalo, comienzan a buscar puestos y adivinen que, si, el espacio lo encontraron alrededor de nosotros. Los otros espectadores que estaban viendo la película empiezan a sisear pidiendole a la manada que por favor guardaran silencio pero no había manera de calmar a ésta jauría. Juro que cuando procedieron a sentarse sentí miedo, lamento hacer éste comentario pero estos chicos tenían una carencia enorme de modales. Se sentía la diferencia hasta en el olor que emanaban una mezcla de olor a remojo y comida (la ropa que no se seca bien, fritura y mango maduro), tuve miedo de la agresividad con que se comunicaban entre ellos y tal vez producto de la paranoia con la que uno vive últimamente, pero mi intuición no se equivocaba las alarmas de alerta tenían su razón de ser.

Se instalan y comienza el show, si en la película decían algo ellos se burlaban, se tiraban cosas, se decían vulgaridades y bueno a mi vecino de asiento le pedí que por favor respetaran que estábamos en un lugar establecido para ver películas y que guardaran silencio respetando al resto de personas que allí estábamos, a lo que el chico respondió que no era sólo él que le dijera al resto, -comportamiento típico de manada-. En apoyo desde la esquina me grita un chamo: “Cayese usted que nosotros aquí lo que somos es MALANDROS” y yo no tuve más remedio que guárdame mis aires de guapachoza, agarrarme a mi bolso y quedarme en calladita, aunque si le voltee los ojos y fingí demencia.

No falta el que se molesta y llama a la “autoridad” dos sujetos de los que se encargan de dar mantenimiento al cine entraron con sus linternitas a pedirle a los muchachos que se comportaran o que sí no debían salir, a lo que varios respondieron que no fuera necio y que si alguno salía debían devolverle el dinero, al igual que yo los dos muchachos con las linternas fingieron demencia, con la fortuna de que ellos si dejaron la sala…

Lo peor estaba por venir… La falta de modales y respeto de la manada eran inmensas, estos muchachos le gritaban vulgaridades a las chicas que los acompañaban, habían llevado mangos y tiraban las conchas en el piso, comenzaron a eructar y a echarse vientos (si pedos) y a culparse entre ellos porque el que los estaba soltando estaba realmente malito, pero no  los quería asumir y le decía al resto molesto que si seguían tomándole el pelo cuando salieran les iba a dar su tunda…

Sobreviví a la película (que no era mala), no sé si fue que todos nos dimos por vencidos y ellos se cansaron o ya tenían sueño o no sé qué fue pero no hubo heridos. En la salida quisimos que nos prestaran el baño del cine, pues, con tanta cosa ni siquiera quisimos ir, pero la respuesta fue negativa por parte de los empleados del cine, resulta que no es posible ir al baño después de las 9 pm porque cierran los baños y no hubo manera de que el personal nos lo permitiera.  Tomamos un taxi con dirección a nuestras casas rápidamente y seguro que ya no les sorprenderá pero cuando quisimos pagar el señor nos da una cifra grande para un trayecto muy corto y entonces ya cargada de tantas cosas le dije al conductor que era un abuso porque habíamos pagado la mitad para llegar hasta el centro comercial a las 8 pm y el señor remató; es que en la noche después de las 9 cobramos un porcentaje mayor, que tiene sentido porque a las 6pm las calles de Mérida quedan desoladas, aumenta la inseguridad, etc... y a lo que no me opongo, pero el 100% por encima es demasiado. -¡Que caos!- entonces dijo el chofer: pa’ no pelear te voy a rebajar algo y así descansas tranquila!... (¡que bondadoso señor! ¡Que tremendo favor que me hizo! ¬¬.)

sábado, 25 de junio de 2016

Tiempos de Gloria #meridaenunasolavoz OFICIAL





Tiempos de Gloria es una iniciativa del Productor musical Leonardo Rodriguez que unió en menos de una semana a más de 50 cantantes merideños en un canto de esperanza por Venezuela. Mérida en una voz, la comunidad de músicos se ha activado para aportar desde sus posibilidades a crear conciencia y esperanza para los venezolanos y el mundo!



Así que mi experiencias fue muy bella, conmovedora y además llegó en un momento necesario, ha sido la oportunidad para crear lazos de unión entre las personas que hacemos vida creciendo en la música, con diferentes tendencias, formatos y gustos, un momento optimo para conocernos, apoyarnos e intercambiar experiencias de crecimiento...



Qué la música nos siga uniendo y dando esperanza!

Disfruten!

que se vienen Tiempos de Gloria!